Durante años, el Ingeniero Thomas McGeary insistió con la idea de colaborar de alguna forma con los doctores Luis Podestá y Federico Villamil, a los que él consideraba responsables directos de su exitoso trasplante. A fines de la década del 90, Tom y una de sus sobrinas viajaron a nuestro país y se maravillaron con la calidad humana de la gente y las posibilidades de crecimiento de nuestra Unidad de Hígado. Fue en ese momento que acordamos crear una fundación para que su legado económico fuera destinado a la docencia e investigación de las enfermedades del hígado en Argentina.
Lamentablemente, Tom falleció en 2002 por problemas médicos no vinculados directamente a su exitoso trasplante. Todos los que lo conocimos lo recordaremos por atributos personales que lo distinguieron frente a sus pares como integridad, sinceridad, inteligencia, capacidad de decisión y, muy especialmente, por su humildad y generosidad.
El recuerdo del amigo y el reconocimiento al legado del Ingeniero McGeary estarán siempre presentes en cada actividad que desarrollemos desde FUNDIEH. Nuestro más profundo agradecimiento a él y a su generosa e incondicional familia.