Una Nueva Vida

Testimonios

Podríamos decir que FUNDIEH, en parte, existe gracias a un trasplante, el de nuestro querido Tom McGeary.
Esta sección es un homenaje a los donantes de órganos y a su familia, que en un momento de intenso dolor, pudieron decir «SI». SI a la generosidad, SI a la solidaridad, SI a pensar en otro, SI a darle la posibilidad de «una nueva vida» a una persona desconocida, un SI totalmente desinteresado. Este «SI» genera un gran impacto en los trasplantados y en todo su círculo íntimo. Nadie que transitó un trasplante de cerca puede salir «ileso» de esta experiencia, algo cambia, empieza una nueva vida para todos.
En un trasplante interviene mucha gente, pero como dice nuestro amigo, el Dr Andrew Burroughs, Profesor de Hepatología de la Universidad de Londres, «Aunque el éxito del trasplante de órganos de todo tipo depende de la integración de muchos equipos de especialistas, antes, durante y después del procedimiento, nada sería posible sin las personas y sus familias que se comprometen a donar órganos».
Desde este lugar, también queremos contar como es esta «nueva vida», la vida después de un trasplante, y creemos que la mejor manera de hacerlo es a través de la experiencia de cada uno de ellos.
Solo me queda decir…..GRACIAS…. UN GRACIAS ENORME Y ETERNO a cada uno de los que dijo SI.

Licenciada Sandra Giani

Hoy se cumplen dos años de mi trasplante hepático, padecía cirrosis por causas desconocidas. Al principio no encontraron el tratamiento, solo paliativos, y con el correr del tiempo comenzaron a surgir distintas complicaciones, algunas requerían internación. La última fue en Mar del Plata, donde me encontraba veraneando. Al darme el alta, me indicaron que debía recibir un trasplante hepático, urgente por la gravedad de mi estado. No entendia lo que estaba pasando. Volvimos a Buenos Aires y me puse en campaña. Llegue al H Británico. Realizaron estudios, ajustaron mi medicación y confirmaron la necesidad de un trasplante. Mas evaluaciones, y pasé a integrar la lista de espera del INCUCAI. A la semana, nueva internación, y mi estado se agravaba. Pero al día siguiente, cerca de medianoche tuve la gran noticia, “Hay un hígado para vos”. Sólo atiné a decir “Bendito sea Dios”. Así fue que gracias a mi ángel donante y a todo el equipo de Trasplante del Hospital Británico nací de nuevo. Gracias también por supuesto a Dios, a María Santísima y a toda la gente que rezó por mí y continúa haciéndolo al día de hoy. Estuve internada más de dos meses, no fue fácil. Recuerdo que cuando el Dr Federico Villamil vino a verme, me dijo “Tuviste las 7 plagas de Egipto. Nos diste trabajo pero sos una guerrera”. No voy a negar que fue difícil, pero con ayuda, con esfuerzo, con ganas y con mucha fe se logra. En mi caso me ayudaron muchísimo mi esposo y me hija, quienes siguen haciéndolo hasta el día de hoy Después de mi último control, la Dra me dijo “estás espléndida”. No tengo más que palabras de agradecimiento para los Doctores Federico Villamil, Fernando Cairo, Diego Bogetti, Martín Bosio, Mercedes Rodriguez Gazari, Paola Coisson, Natalia Areas, Nora Fernández, Dr Facundo Gutierrez de Terapia, el kinesiólogo Emanuel, todos y cada uno de los profesionales, enfermeros/as, personal de limpieza, de vigilancia… Gracias infinitas a cada uno por su profesionalismo y su calidad humana. Dios los bendiga. Un gracias especial a mi donante anónimo, gracias a quien hoy tengo una nueva vida. Donar órganos es dar vida
Norma
Tengo 66 años y ya pasaron 6 años de aquel día que entraba en una camilla a las luces del quirófano, buscando una esperanza de vida. No los conozco, pero los siento y siento el profundo dolor que todos ustedes habrán vivido y sentido ante la partida de un ser querido. Gracias, mil gracias por el coraje y la valentía de haber permitido que una parte “hígado” de su ser querido me fuera obsequiado con una tremenda esperanza de vida. Mientras ustedes lloraban, yo en el quirófano, un tremendo equipo me depositó la vida que ustedes me dieron. Pasaron 6 años y hoy con una vida normal y ordenada, gracias a ustedes, puedo disfrutar una hermosa familia, con mi señora, mis 4 hijos y mis 4 nietitos que me llenan de vida. He aprendido a disfrutar las pequeñas cosas de esta vida sin dejar de pensar todos los días en la persona y la familia que me dio una parte de su vida. Mil gracias.
Juan
De adolescente tuve hepatitis “C”, pero fue después de 5 décadas que mi hígado dejó de funcionar definitivamente. Hasta ese momento había transcurrido con altos y bajos de salud pero dedicada a la música de lleno, y siempre en movimiento. De regreso de uno de mis viajes, la noticia de que necesitaba un trasplante para vivir, fue devastadora. Hice tratamientos varios, en el afán de echar por tierra el pronóstico, pero un día tuve que asumir que no había otra forma de seguir viviendo. En el camino, la enfermedad me dió las lecciones más profundas y valiosas… Después del transplante, volví al escenario transformada en un nuevo Ser… Gracias al donante! quien decidió, en el momento final, darme la posibilidad de reparar y poder Renacer. A él y a mis médicos queridos, infinita Gratitud….!!!
susana
Hola, mi nombre es MARÍA ELENA, soy de Lincoln, tengo 40 años y quiero contarles que hace 19 años que me trasplantaron de HIGADO. Fue a raíz de una enfermedad denominada Síndrome de Budd Chiari, asociado a un síndrome mieloproliferativo, de la médula ósea. Como no era una enfermedad muy común, anduvimos con mi marido por varios centros de salud sin tener solución, hasta que llegamos a la Fundación Favaloro y me puse en manos de los mejores médicos del mundo, para mí son mis salvadores y voy a nombrar todos los que me acuerdo, como el dr Federico Villamil, el dr Podestá, el dr Andrés Ruf, el dr Andreani y el dr Martín y disculpen pero algunos apellidos se me olvidaron pero no la clase de personas que son. Hoy puedo decir que el Trasplante Hepático me cambió la vida. Tengo dos hermosos hijos, uno de cuatro añitos llamado SANTINO y otro de 11 años llamado ALEXANDER y mi esposo llamado MARCELO que me acompaña hace 24 años. Por eso pido que donen los órganos, que piensen que un pedacito de ese Familiar o ser querido le da vida a otras personas y que una parte del ser querido anda en algún lugar. Con esto quiero despedirme y mi eterno agradecimiento, porque no me va a dar la vida para agradecer a los médicos que me salvaron la vida y a esa familia que donó el HIGADO al cual lo llame FRANCISCO, y con el cual siempre hablo. UN BESO Y RECUERDEN QUE DONAR ÓRGANOS ES DAR VIDA … SALUDOS
María Elena
Cuando tenía 27 años después de un mes de mal estar me dirigí a la guardia del Hospital Británico, pensando no puedo estar y sentirme tan mal por qué mí bebé me necesita, había sido padre hacía casi un año. Mí diagnóstico fue una hepatitis, me tomo por sorpresa, la seriologia dio de tipo autoinmune, me interne (por primera vez en mí vida) para un tratamiento de corticoides. pero fue en vano, el hígado se puso cirroso y no respondía. Un sábado, salí para festejar el primer año de mí hijo con un permiso provisorio y volví a los 2 días, entré a UTI y también a lista de espera, afuera mí familia y mí mujer con mí hijo. Mientras arrancaba el mundial de Brasil me trasplantaron, desperté súper feliz y la evolución iba favorable, hasta dos meses después en el que tuve un problema en la vía biliar y otra vez, lista y el segundo trasplante. Salí súper alegre y la recuperación muy favorable hasta una complicación vascular, por la cual hace casi un año fue el tercer y último trasplante. En todas y cada una de estas experiencias con sus pro y sus lados b existieron tres personas que me dieron tiempo extra, que más allá de su paso a lo que hay después, me dieron la oportunidad de ver crecer a mí hijo La muerte no es poética, y la donación atrás de lo increíble tiene el paso a otra vida de los donantes, yo más que darles las gracias quiero que sepan que no pasaron en vano por esta vida, que dejaron huella y a sus familias, a las cuales siempre imagino viendo la sonrisa de mí hijo León, les acariciaría el alma en la recompensa de su gesto. Perdón lo extenso era menester hacer conocer los tres casos de está experiencia. Los abrazo ..
Lucas
Y finalmente el teléfono sonó…. Tengo 57 años y desde los 39 sufro de problemas hepáticos. Estuve en tratamiento para regularizar mi situación y hasta tuve dos operaciones, pero a pesar de cumplir mi tratamiento a rajatabla, todo eso no bastó para encauzar mi problema y entonces me recomendaron un trasplante de hígado. La noticia fue fuerte, solamente la palabra trasplante ya causa estremecimiento, pero los médicos me presentaban el panorama como un cambio de vida….la solución a mi problema. A partir de ese momento a menudo me chocaba con gente que había sido trasplantada y sus vivencias y relatos eran realmente envidiables generando en mí la ansiedad de que el llamado llegara. Entre en lista del INCUCAI con la esperanza que me llamaran rápido pero el tiempo fue pasando y la ansiedad decayendo. Más que nunca me acerque a Dios y siguiendo su palabra “descansé en él” hasta que llegó el día. Cuantas veces recorrí mentalmente como sería el día del llamado. Gracias a Dios fue todo muy normal. El pos operatorio fue muy cuidado por todo el equipo y a los 30 días ya estaba haciendo mi vida normal. Hoy estoy a nueve meses del trasplante y cumpliendo al pie de la letra lo que me dicen los médicos. Realmente la vida me cambió y hasta llegó a pensar porque no me trasplanté antes. Cuantos sinsabores me hubiese evitado. Llega fin de año y viene el momento del balance y los agradecimientos y en ese camino al primero que quiero agradecer es a Dios que me permitió esta segunda oportunidad de vida, a la persona que me donó el órgano y a su familia, porque no hay gesto de amor mayor que permitir prolongar la vida en un prójimo desconocido, a mi esposa e hijos que me acompañaron en esta lucha como pocos, a mis seres queridos que me bancaron durante tantos años este problema, a los médicos, enfermeras, auxiliares por su dedicación y profesionalismo. Un párrafo especial para las dos médicas pre y pos trasplante, que además de ser excelentes profesionales, conocen perfectamente la dinámica de los tiempos y manejan a la perfección la ansiedad y la angustia de los que transitamos este camino. A ellas mi eterno agradecimiento…ya son parte de mi familia. Como reflexión final alentemos desde nuestro lugar el donar órganos, porque como dice el eslogan “Donar órganos es donar vida” (y eso nosotros lo sabemos bien), a todos aquellos que aún no se deciden al trasplante… no duden en tomar la decisión porque efectivamente es una vida nueva a la que pueden acceder, y para aquellos que habiéndose decidido están a la espera, no desesperen porque cuando menos lo piensen van a decir como yo “finalmente el teléfono sonó”
Eduardo
¡La vida me dio otra oportunidad! Eso es lo que siento. Una nueva oportunidad de vivir una vida plena, como yo quiera y no como pueda… Es increíble la sensación de sacarte de encima la enfermedad! Que alivio! En mi caso, padecía de Colangitis Esclerosante Primaria desde los 20 años. Tuve una vida normal, salvo por los controles periódicos y la medicación que debía tomar responsablemente, a diferencia quizás de otros chicos de mi edad en ese momento. Hasta que la enfermedad empezó a molestar, hace aproximadamente tres años. Desde ese momento fue todo bastante complicado hasta el trasplante, a fines del año pasado. En ese instante toda la bronca y angustia de haber padecido tantos años, 20 en mi caso, se transforma en felicidad y profundo agradecimiento. Felicidad por estar viva y bien. Por poder disfrutar de cada momento, cada segundo. Felicidad de ver felices a los demás por verme bien después de tantos nervios e incertidumbres. Principalmente mi familia y amigos íntimos. Felicidad de poder volver a bailar, mi pasión, lo que me llena el alma. Felicidad de poder disfrutar del amor con mi marido de una forma relajada, tranquila y placentera. Y fundamentalmente felicidad de poder disfrutar a mi hijito completamente, y tener energía para jugar con él. Siento un real y profundo agradecimiento a la persona que me donó el hígado y a su familia, que a pesar del dolor de la pérdida, pudieron ponerse en el lugar del otro. Del mío, en este caso, del que espera…y transformar la energía en vida. Y a los médicos, todos, los que me cuidaron y me cuidan todo el tiempo. Y a mí psicóloga. Su labor es única. Ellos reciben todo! Las alegrías, las broncas, las tristezas y angustias. Todo se vuelca sobre ellos! Como pasa muchas veces, yo tuve toda clase de sentimientos!! Y ellos están siempre ahí…con una palabra de aliento. Simplemente aguantándote y sosteniéndote. Después del trasplante creo que es cuestión de tiempo y lentamente todo se va reacomodando a la nueva realidad. Tanto interna como externamente. Hay que olvidarse de todo lo sufrido, reciclarlo, capitalizarlo, vivir el presente y DISFRUTAR!! Por lo menos yo, es lo que voy a tratar de hacer!
Paola
Quiero por la presente agradecerles a mi donante y a su familia por ese gran gesto de amor, en un momento de mucho dolor, brindandome una maravillosa nueva vida. Siento que no encuentro palabras para expresar todo mi agradecimiento, solo escribo lo que me dicta el corazon. Por mi enfermedad, mi unica chance, era un trasplante hepatico. nunca perdi la fe en dios, porque tenia la certeza de que estaba en el lugar indicado y con los profesionales indicados. Ya en lista de espera tenia muchos sueños por concretar, uno de ellos era realizar una vez mas el raid nautico de la tierra del fuego, en kayak, como lo hice desde el comienzo, y ahi estaba yo cumpliendo uno de mis sueños nuevamente, autorizado por mis medicos. Y finalmente, el dia tan esperado llego!!!! y despues de unas cuantas horas en un quirofano, volvi a nacer, gracias a un donante, tenia otra chance mas. No me alcanzara la vida para agradecer a mi angel donante, de darme la posibilidad de poder continuar difrutando de mi familia, mis amigos, de seguir viajando por nuestro hermoso pais, de conocer e intercambiar experiencias de vida con otras seres que han pasado por lo mismo, y de descubrir que se puede tener una vida totalmente normal. Hoy sigo haciendo canotaje en diferentes lugares, rios, lagos, en difeentes lugares de argentina. Y poniendo mi granito de arena junto a rita, mi esposa y compañera de viajes, que me acompaña incondicionalmente en todo…para dar fuerzas y demostrar que se puede tener una mejor calidad de vida luego de un trasplante. Por medio de la concientizacion de la donacion de organos, por medio de charlas erradicar falsas creencias sobre este tema. Y sobre todo, siempre pero siempre teniendo presente y agradeciendo a los donantes y a sus familias. teniendolos presentes en cada segundo de nuestras vidas…a los medicos que dia a dia estan atentos y dispuestos ante cualquier inquietud de sus pacientes, no solo como medicos, sino como seres humanos, que sienten realmente algo que es dificil describir, pero estoy seguro que eso que hacen es verdadero amor al projimo. Por eso quiero decir gracias eternamente, gracias a todos los que de una u otra manera estan siempre en mi vida. un fuerte abrazo a todos las personas que en este camino de agradecimiento a nuestros donantes, a sus familias, a los medicos que hacen posible todo. a seguir disfrutando de esta vida maravillosa. gracias y mas gracias.
Carlos
Mi nombre es Alejandrina, vivo en Quilmes, soy una mujer de 67 años, madre de dos hijas y les quiero contar mi historia. Hace exactamente cuatro años empecé a tener problemas con mi salud, acudí al médico porque sentía una picazón constante en todo el cuerpo, y después de consultar a varios especialistas me diagnosticaron HEPATITIS C. Al no darme cuenta a tiempo y sin recibir el tratamiento adecuado mi hígado se había deteriorado tanto que la única solución viable era el trasplante. Día a día me seguía deteriorando, mi piel era amarilla verdosa, se me empezó a hinchar el vientre, bajé mucho de peso en pocas semanas y la picazón no me dejaba descansar. Esta tortura duro un par de años, sabiendo que si el órgano no llegaba mi vida tenía los días contados. Pero llegó, y un día de verano, me trasplantaron exitosamente. A partir de ese día, tengo una nueva vida. Ahora festejo dos cumpleaños, el día que nací y el día que volví a nacer por medio del trasplante. Hoy, a mas de un año y medio de mi trasplante, sigo en tratamiento para combatir definitivamente a este virus con la ayuda de mis médicos. A pesar de eso, soy una persona nueva y puedo contarle a la gente mi testimonio para que comprenda la importancia de la donación de órganos y tejidos. Y no puedo dejar de agradecer a aquellos que en mi caso, y en el de muchos otros, olvidaron por un momento su dolor para donar los órganos de un ser querido. A ellos y en nombre de todos los trasplantados me atrevo a decir «GRACIAS POR LA VIDA»
Alejandrina
No sé exactamente quien fue mi donante, porque no me lo dijeron. Sí sé que un día de diciembre (estando muy grave) partió el equipo de ablación a buscar el hígado. Me interné ese día, y esa misma tarde a las 16.45 hs ingresé a cirugía, pedí ver a mi hijo y entré tarareando la sinfonía nº 40 de Mozart. Su nombre, nunca lo supe. Sé que era un joven sano que había sufrido un accidente. Su familiares tuvieron una actitud de muchísima generosidad (gracias a ellos, sigo viviendo a pleno, y otros receptores que recibieron también sus órganos). Después que me dieron el alta (creo que fue a los 5 días del procedimiento), 4 meses después estaba filmando nuevamente. La importancia de la donación es «salvar una vida» y con la implementación de la ley del «donante presunto», el número de donantes debería crecer. La DONACIÓN, es el elemento fundamental, para que los profesionales, que son de excelencia en nuestro país, puedan prolongar una vida Adriana Aizenberg
Adriana
Querida Familia Permítanme llamarlos así, ya que la considero como tal desde el momento que recibí gracias a su generosidad, el órgano de su ser querido. Paso a contarles un poco de mi vida, me llamo Wanda, tengo tan solo 25 años, vivo con mi mamá y mi hermano. A los 15 años me diagnosticaron una Hepatitis Autoinmune, que si bien en un principio fui controlada y medicada, era inevitable que terminara en un trasplante. En mi vida diaria no podía realizar todo lo que hace un adolescente normal, ni planificar mi futuro. En un principio no asumía la operación. Error que fue revertido por mi familia y amigos, que siempre me apoyaron y me hicieron ver que no solo salvaría mi vida, sino que mi calidad de vida cambiaría muchísimo y así fue. Hoy hace 10 meses de mi operación, y a pesar de haber estado 1 mes internada, a los 3 meses ya estaba practicando mi deporte favorito Vóley, que por muchos años había tenido que dejar de hacerlo. Esto es gracias a Dios y a todos los que estuvieron conmigo, pero por sobre todo y ante todo a ustedes que desinteresadamente y en un momento muy doloroso, con amor y sabiduría tomaron la hermosa decisión de dar vida a través de la donación de órganos, y esto aunque suene así, no es spot publicitario, es la realidad. Y acá estoy para contarlo. Hoy día a día disfruto y valoro las pequeñas cosas de la vida, que otras personas que no atraviesan una situación limite no lo hacen. Todas las noches rezo, no solo pidiendo salud y trabajo para mi familia en la cual están ustedes, sino también le pido a Dios que les de paz para seguir adelante. De por vida les estaré agradecidos, los felicito y los admiro. Todas las familias que pasamos por su situación deberíamos tomar la misma decisión, imitándolos seguimos salvando vidas, y no se porque no me toco vivirlo aún, pero siento que se debe sentir que algo de un ser amado, esta en cada uno de aquellos que, como yo recibimos un órgano. Me da la sensación de que sigue vivo su ser amado en cada uno de nosotros. GRACIAS POR SIEMPRE!!! Siempre pregunte por ustedes quería conocerlos y agradecerles, esta es una buena manera de poder comunicarnos. GRACIAS GRACIAS Y MIL GRACIAS….. LOS QUIERO MUCHO!!!
Wanda
Querido amigo En esta carta quiero contarte mi historia, ya entenderás porque… Tengo 34 años y a causa de una cirrosis detectada a mis 18 años necesité de un trasplante hépatico para seguir viviendo. Hace ya casi 17 años, me obsequiaste en tu momento mas difícil, el mayor actor de amor al prójimo. Gracias a eso pude seguir junto a mis adorados padres, mi incondicional hermano, mi familia y amigos de oro. Conocí a quien hoy es mi esposo Diego, y juntos concretamos nuestro sueño de ser padres. Salvador, nuestro hijo, tiene 1 año y 4 meses. El ser trasplantada me dió la posibilidad de ser MAMÁ. También me han acompañado a la par mis padrinos de lujo, mis amados médicos, que junto a un equipo excepcional les deberé mucho siempre. Te pienso cada día, nunca encuentro palabras que puedan abarcar mis sentimientos, ni mil gracias resultan suficientes. Es así que trato de honrarte desde mi corazón viviendo intensamente, tratando de ser un poco mejor cada día y agradeciendote por mi oportunidad de seguir . Gracias por siempre. Y para terminar me atrevo a pedir un deseo, que otras personas que están sufriendo y esperando tengan la misma oportunidad que tuve yo. MARINA
Marina
Cuando salimos del hospital, no veía nada a mí alrededor, solo me retumbaban las palabras del Dr. Benavidez : Cirrosis. Lo mire a mi esposo y le dije: Cirrosis? Si yo no tomo alcohol, este Doctor es un exagerado mencionar un trasplante de hígado solo porque me siento muy cansada? Y hacerme tantos estudios cada tres meses?. Lo vamos hacer, dijo pausadamente. Así pasaron cuatro años de idas y venidas, haciendo todo lo que se me ordenaba hasta que un maldito Enero me hicieron una ecografía y el profesional me pregunto si estaba segura que el doctor me pedía solo un a ecografía y no una resonancia, le dije que si, en ese instante me di cuenta de que algo andaba mal. Me entregó la ecografía y me dijo que seguramente me tendría que hacer una resonancia, y el mismo iba a llamar al Dr. Subí a un taxi rumbo a mi casa con la mente en blanco y de repente le pedí al taxista que diera la vuelta y me lleve al británico. Pregunte por mi doctor y me dijeron que se había ido de vacaciones, me desespere, me fui a la guardia, fingí un dolor de estómago, cuando llego mi turno me atendió una doctora le conté la verdad y me dio la orden para la resonancia, me dijo que fuera ya mismo a imágenes que con suerte quizá podrían darme un turno para la semana entrante. De la Guardia me fui a imágenes expuse mi situación y después de mirar los turnos, el chico del mostrador me pregunto si quería tomar uno que había sido cancelado en ese momento, le dije que sí. Me dieron un líquido para ir tomando y llame a mi esposo. Esa noche dormí muy poco, sin mi médico me sentía perdida, cuando me levante investigue en internet el plantel de hepatólogos del hospital y uno de ellos trabajaba con mi doctor, lo busque y leí sobre él. Volví al hospital, pregunte en mesa de entrada por el Doctor Colombato y me dijeron que no atendía, cuando de repente lo vi salir, lo seguí hasta el bar, una vez que ocupo una mesa me acerque y le conté mi historia tal cual, le agregue además que me quería ir unos días a la costa porque estaban mis nietos, me miro fijo, me pidió el teléfono y me prometió que esa noche a las diez me llamaba Tal lo prometido, a las diez sonó mi teléfono, lo primero que me dijo es que podía y debía ir a la costa y disfrutar de mis nietos, pero no más de quince días, que me cargara de mucha energía porque iba a tener unos meses muy duros, pero él me prometía que dentro de un año solo iba a ser un mal sueño dijo, y así fue. Febrero, Marzo y Abril, mil estudios algunos molestos otros dolorosos, el cáncer no se reducía, pero ya estaba preparada para recibir el hígado de alguna persona que Dios elegiría para acompañarlo a el y salvarme a mí, esas cosas del destino que nunca llegan a comprenderse bien, solamente se dan. Era viernes, estaba sentada en el auto esperando que subiera mi esposo, suena mi teléfono y una de mis hijas me dice que había un donante y tenía que ir urgente al hospital, le dije que no, que no estaba preparada, en ese instante se acerca mi marido respondiendo una llamada diciendo estamos a quince cuadras del hospital ya vamos. No sé explicar con las palabras justas lo que sentí, bronca, miedo, angustia gritaba: porque a mí me preguntaba una y otra vez, esas quince cuadras fueron eternas. Apenas subí el primer peldaño de la escalera del hospital, sentí que un manto de paz me cubría y me entregue con mucha fe, convencida que todo iba a salir bien, que estaba en las manos y en el lugar correcto, sentí que debía de ayudar y no entorpecer a los que me iban a salvar la vida. Me prepararon para ir al quirófano, a mi lado mis amores, mis cuatro hijos llorando en silencio me esposo firme como siempre, me despedí y les prometí que pronto iba a estar con ellos. El ruido de la camilla por los pasillos, creo que nunca voy a olvidarlo, el anestesista, me pregunto muy dulcemente si tenía miedo y le dije que un poco, me dijo si quería pedirle algo y le pedí algunas cosas, una de ellas era que por favor no dejaran que mis hijos me vieran entubada, asintió y entré. Lo primero que vi fue un cartel que decía algo así como: BIENVENIDO AL LUGAR DE LOS MILAGROS y se OIA UNA MUSICA, La calidad de todos esos seres humanos que me rodeaban se convirtieron en Ángeles para mí. Cuando desperté pregunte qué hora era, me di cuenta que habían pasado muchas horas, sentí que alguien me tomaba de la mano y me dijo: ya está, le tiramos tu hígado con el cáncer a los gatos, ahora tenes uno nuevo y sano, era el Dr. Diego Boguetti. Después de haber visto a mi familia me llevaron a terapia, allí no fue muy agradable pero tampoco un desastre, dicen que vino a verme el Dr. Villamil y literalmente lo eché, dicen que me enojaba con todos, realmente no lo recuerdo, por suerte no duro mucho, a los pocos días me llevaron a una habitación con un gran ventanal que podía ver el parque. Fue después de varios días que comencé a pensar en mi donante, fue duro, no se si no quería o no podía pensar que una parte de mi cuerpo era de alguien que ya no estaba en este mundo, llore por mí, y por esa persona desconocida, le di las gracias y prometí que el mejor homenaje que podría brindarle al donante anónimo y a su familia era cuidarme cada día, cumplir con el tratamiento que seguía y obedecer a todas las instrucciones, que eran muchas. Hoy, después de un poco más de cinco años me siento una persona sana, consiente que se lo debo a mis médicos, al Hospital Británico, al Incucai y a la familia del donante que permitió que una parte de su ser querido que ya no está, siga con vida en mí, pienso en ello cada día. Gracias.
Rosa
El continuar con vida en todos los casos se lo debemos a Dios, y a quienes tomaron la decisión de donar sus órganos. Algo tan difundido, pero que requiere decisión por parte de los familiares en un momento de gran dolor. En mi caso, a los 69 años tenía extrema necesidad de ser trasplantado de hígado. En poco menos de 30 días de estar en lista de espera, desde el INCUCAI se nos informó la llegada del órgano. Realizó el trasplante un equipo médico de excelencia y probada capacidad. Mi evolución fue satisfactoria pudiendo reanudar mi vida normal en poco menos de 45 días. Hoy a casi dos años de ser trasplantado realizo todo tipo de tareas en mi empresa, conduciendo vehículos sin limitaciones, que claramente es un antes y un después del trasplante. Mis controles son de rutina cada 3 meses, para nada traumáticos, permitiéndome estar en contacto con el equipo de trasplante, con los que me une una hermosa relación. No se debe tener miedo al trasplante ya que cada vez se realizan los mismos con mejores técnicas y excelentes resultados. Sin pretender ser reiterativo invito a quienes no lo hayan hecho, se declaren donantes de órganos, sin lo cual no se podría prolongar la vida de seres que lo necesitan, que bien podría ser usted mismo o alguna persona de su entorno. Día a día disfruto de pequeñas grandes cosas agradeciendo una y otra vez a quien donó ése órgano que permitió que pudiera seguir viviendo, disfrutando junto a mis hijos Sergio y Diego, y demás familiares quienes mucho tuvieron que ver en que llegara a ser este trasplante con absoluto éxito.
Esteban
Más allá de ser consciente, a veces pasan cosas o situaciones que las ves lejanas, si bien tocan tus sentimientos. Digo esto, porque hace unos años, vi a una niña, en una cama de un hospital. Su familia, sentada, rezando, iba a ser trasplantada… A días de esto, vi a la misma niña saludándome con una enorme sonrisa… me quedo tan gravada esta carita…. Y fui consciente de la Donación de órganos. Solo que nunca pensé que un día, estaría yo en una cama de un hospital esperando un trasplante hepático…. Ni siquiera pude recordar cuando fue que sonó el teléfono…. Y si….era ese tan esperado momento. Dios me está bendiciendo… y camino al hospital junto a mis dos guerreros incondicionales, MIS HIJOS, me encomendé a Dios y a la Virgen, entre en oración constante, solo podía agradecer, no sabía que resultados tendría….pero tampoco tenía miedo. Era tanta fe y confianza en mis queridos médicos…que solo…daba gracias a Dios, por lo que me estaba tocando, agradeciendo a ese ANGEL, así lo llamo, que dio continuidad a mi vida, cuando la estaba perdiendo…. Agradecimiento a la familia, que ante el dolor de la perdida, decidieron este noble y generoso gesto de amor, Dios los bendiga. Agradecimiento al equipo médico, todos, en todo momento le pedía a Dios que los ilumina… y todo, un éxito. Hoy mi vida, mi nueva vida… feliz… nueva en todos los sentidos, cuidada por el maravillosos equipo médico que me sigue cuidando, con los medicamentos, acompañamiento familiar, totalmente normal. GRACIAS DIOS, GRACIAS MI ANGEL, GRACIAS MIS MEDICOS Y HOSPITAL GRACIAS MIS HIJOS QUE SON LO MAS, Y A TODOS, TODOS… GRACIAS Y COMO LO LLEVO EN EL ALMA….DONAR….ES DAR VIDA
Eliana
Llego el día…..era algo deseado por mí……….poder ponerme en contacto con tu familia anónimamente para agradecer tanta solidaridad humana. Llego ese día y ahora no puedo, no sé qué escribir…ni una palabra acude a mi mente, sólo siento correr lágrimas por mi cara…pero lo tengo que hacer, ellos pudieron decidir la donación o cumplieron tu deseo. Tengo que poder agradecer y contar cómo estamos hoy. Viví como pude……..parece que mal…..pues enferme mi hígado, pero también a mis 18 años hice algo bien, decidí donar mis órganos. Hoy desde acá, de este tiempo, esa decisión fue un milagro que se reveló con tu donación. Viví, mucha pérdida, carga, descarga, emociones, desarraigo, encuentro, recuperar y mucho cambio, esto hizo que comenzara a sentir manifestaciones en mi cuerpo. El diagnóstico fue trasplante, entre en lista de espera, tenía que esperar ….estaba muy cansada…me encomendé a Dios y…… a los 17 días sucedió EL MILAGRO DE AMOR, había un órgano para mi….Todo se puso en marcha, fue mágico, NOS ELEGIMOS Y NOS ACEPTAMOS !!! No tengo otra manera de agradecer que el cuidarme, para permanecer en este plano cerca de nuestros seres queridos. Gracias, Gracias , Gracias.!!!! Mi familia, cuatro hijos maravillosos, Gonzalo, Ignacio, María Cecilia y Sebastián, mis nietos Josefina, Luna Paz, Siro, y dos en camino, también les agradecen este acto inconmensurable, la donación de órganos, y permitir ante tanto dolor que podamos disfrutarnos GRACIAS POR PERMITIR QUEDARNOS UN POCO MAS….YO SOY…..SOMOS. y tenemos un nuevo cumpleaños, nuestro cumpleaños. Donar órganos es permanecer Donar örganos es un acto de amor sublime El trasplante es el don de vida más extraordinario que una persona puede ofrecer o recibir…….
Graciela
Hace ya unos años que recibí con asombro la noticia que el cantante internacional de origen español Raphael recibió un trasplante hepático, reponiéndose favorablemente, hoy lo podemos ver en giras y shows por el mundo y en excelente estado de salud. Ese fue el momento en que decidí ser donante de órganos, porque comprendí que cuando llegue el día de no poder usarlos más, por cualquier motivo, las personas que necesiten una nueva oportunidad de vida dispongan de ellos. Contento por esta decisión podía ayudar a la felicidad de los receptores y sus familias. Parte de mí seguirá viviendo en ellos, tal vez en un niño, en un hombre, en una mujer… nunca sabré en quien. Durante mi juventud fui donante de sangre del grupo A, RH negativo, algo difícil de conseguir. Pasaron muchos años, y fui yo quien necesitó un trasplante hepático. A 26 días de estar en lista de espera del INCUCAI llego el órgano. Debí internarme para la cirugía, lo hice con alegría, optimismo y tranquilidad. Si una mujer va a dar a luz, el parto es con felicidad, llega una nueva vida. Con la misma felicidad lo hice yo, llega otra oportunidad de vida. Agradezco y elevo una oración por las noches al donante anónimo, a la familia una eterna gratitud por ese gesto de humanidad, también al equipo de profesionales que intervinieron y sobretodo A DIOS NUESTRO SEÑOR que me acompaño en todo momento. Antes, durante y después de la intervención no sentí dolor alguno, no hubo complicaciones, infecciones, rechazo ni transfusiones. Doce horas después ya estaba cenando. Seis días bastaron para regresar a mi casa. Caminé sin dificultad alguna, desde la habitación del hospital hasta la calle. Un día más sentado de a ratos en un sillón, y el octavo día, comencé a trabajar algunas horas. Al décimo segundo día ya realizaba mi trabajo en la forma acostumbrada. Pasaron cuatro meses y mi vida es absolutamente normal, me siento mucho mejor que antes del transplante, puedo comer de todo, hacer gimnasia, conducir el automóvil y un fin de semana fui al mar. Todos los cuidados que debo tener es tomar día a día los medicamentos recetados, moderación e higiene en los alimentos, y control periódico por médicos especialistas en transplante hepático. Es mi deseo transmitir la importancia de la donación de órganos y perder el miedo a ser trasplantado. La persona que es trasplantada vive mucho mejor que antes y sin complicaciones. Espero que mi caso sirva para transmitir tranquilidad a los indecisos y los que están en lista de espera.
Alberto
Elías – Médico – San Miguel de Tucumán Dos o tres años antes de cumplir los cincuenta, comencé con síntomas digestivos y urinarios, sin causa aparente, que se fueron acrecentando rápidamente. Dolores de cabeza insoportables, vómitos en cualquier momento y quebranto general, que hicieron muy penosa la vida y el trabajo hospitalario y privado. Los tratamientos habituales, a pesar del empeño y la vocación de los colegas no daban más que un pequeño resultado paliativo. Mes a mes, semana a semana, día a día era un martirio lo cotidiano. Incluso colegas amigos de Buenos Aires, eran coincidentes, comenzar con diálisis hasta la llega de un bitrasplante (hígado y riñón). El apoyo permanente e incondicional de mi esposa era el pilar fundamental que sostenía mi vida. Solo el que hizo o hace diálisis, sabe lo que es: una prolongación del sufrimiento, hasta que llegue la noticia del trasplante, cosa que para que aquella época era casi imposible. Un día a mediodía, mientras dialogaba con mi esposa siempre a mi lado, un llamado telefónico desde Buenos Aires, traía la gran noticia, había llegado lo que tanto esperábamos en alma y cuerpo. El bitrasplante era más que posible, en Estados Unidos. Hicimos lo posible e imposible para viajar. Un mundo nuevo. Conté con la inestimable colaboración de un colega amigo de mi provincia que trabajaba en Los Ángeles. Durante toda mi estadía allí, el comportamiento de él y toda su familia nos hizo sentir como uno mas de ellos. Todo cambió en nuestras vidas, la esperanza no era una quimera sino algo cierto. Ademas acrecentaba ésto, que dos médicos argentinos integraban el equipo de trasplante. Hasta la diálisis era más llevadera. Hasta que un día a las dos de la mañana, llegó la llamada definitiva, una familia solidaria e inconmensurablemente buena y comprensiva donaba los órganos. Nuestro agradecimiento eterno para ellos, que salvaron mi vida y me permitieron vivir plenamente hasta hoy. Convivir en el pre y post operatorio con un grupo de médicos, que seguían con alegría la solución positiva del mismo nos hizo sentirlos amigos. Fue el comienzo de una nueva vida de normalidad. Y acá estoy, 23 años después. Agradeciendo a Dios, a la familia donante, a mi esposa y a los médicos argentinos que me siguen asistiendo en el control del trasplante y sabiendo que siempre están para cuando yo los necesite.
Elias
ME LLAMO MAXIMILIANO, Y QUERÍA CONTARLES UN POQUITO LO SUCEDIDO. NACÍ EN 1974 CON UN PROBLEMA HEPÁTICO Y NECESITABA UN TRASPLANTE DE HÍGADO, PERO EN AQUEL TIEMPO NO ERA POSIBLE. DIOS ME TRAJO HASTA LOS 37 AÑOS DE EDAD Y UN DÍA SIN PENSARLO, ME ACOSTÉ A DORMIR Y FUE AHÍ CUANDO COMENZÓ TODO. AL ABRIR LOS OJOS NUEVAMENTE, LOS MÉDICOS ME DAN LA NOTICIA QUE TENIA UNA NUEVA VIDA, Y NO ENTENDÍA NADA. ME HABÍAN HECHO UN TRASPLANTE DE HÍGADO, Y TODO HABÍA SALIDO BIEN. ES POR ESO QUE QUIERO DARLES LAS GRACIAS, A USTEDES QUE HICIERON POSIBLE ESTO, A PESAR DEL DOLOR, TOMARON UNA BUENA DECISIÓN, IMPORTANTE, LA CUAL ES DAR VIDA A OTRA PERSONA. GRACIAS GENTE, MIS HIJOS, MI ESPOSA Y YO LES AGRADECEN. TAMBIÉN QUIERO AGRADECERLE A DIOS, POR HABER PUESTO UN GRAN EQUIPO DE MÉDICOS CON EXCELENCIA, QUE ESTUVIERON DESDE EL PRIMER MOMENTO. HOY SOY UNA PERSONA NUEVA, COMO CUALQUIER OTRA Y MI VIDA CAMBIO DE LA MAÑANA A LA NOCHE. SIGO CON MI VIDA SIN NINGÚN TIPO DE LIMITACIONES, ME DEDICO A LA MECÁNICA Y ESTOY SANO, MIL GRACIAS. TOMEMOS CONCIENCIA DE LO QUE SIGNIFICA LA DONACIÓN DE ÓRGANOS, PODEMOS SALVAR MUCHAS VIDAS, NOSOTROS TENEMOS LA DECISIÓN, PENSEMOS QUE NOS PUEDE PASAR A CUALQUIERA. HAY MOMENTOS MUY DIFÍCILES EN LA VIDA, EN LOS QUE TENEMOS QUE TOMAR DECISIONES, PERO PENSEMOS QUE PODEMOS CAMBIAR LA HISTORIA DE OTRAS PERSONAS. MAXIMILIANO
Maximiliano
Estamos en contacto

¿tenes alguna consulta?

No dudes en enviarnos cualquier pregunta que tengas. Responderemos a la brevedad.